Las primeras piezas de vidrio producidas en América del Norte fueron creadas en Puebla, México, alrededor de 1535, por artesanos de España. El arte del soplado de vidrio mexicano ha evolucionado a lo largo de los siglos y hoy en día es una industria próspera que emplea a muchos artesanos calificados. Muchos sopladores de vidrio mexicanos forman parte de una larga tradición que se ha transmitido de generación en generación. Hoy en día, el soplado de vidrio mexicano sigue prosperando como una parte importante del patrimonio cultural y artístico del país. Es un testimonio de la habilidad y del ingenio de los sopladores de vidrio mexicanos, quienes han llevado esta forma de arte más allá de sus fronteras.